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Blancanieves y los siete enanitos: adaptación de los hermanos Grimm
Había una vez una hermosa princesa llamada Blancanieves. Era conocida por su piel blanca como la nieve, sus labios rojos como la rosa y su cabello negro como el ébano. Blancanieves vivía en el castillo con su malvada madrastra, la reina, quien era vanidosa y envidiosa de la belleza de Blancanieves.
La reina tenía un espejo mágico al cual siempre le preguntaba: “Espejito, espejito, ¿quién es la más bella de todas?”. Y el espejo siempre respondía: “Tú eres la más bella, mi reina”. Pero un día, el espejo le respondió a la reina que Blancanieves era la más bella de todas. Esto enfureció a la reina y decidió deshacerse de Blancanieves para siempre.
La reina llamó a uno de sus cazadores y le ordenó llevar a Blancanieves al bosque y matarla. Sin embargo, el cazador no tenía el corazón para hacerle daño a la princesa. En cambio, la dejó escapar y le recomendó que se escondiera en una cabaña en medio del bosque.
Blancanieves corrió tan rápido como pudo hasta llegar a la cabaña. Cuando entró, se dio cuenta de que la cabaña pertenecía a siete enanitos: Sabio, Gruñón, Tímido, Feliz, Manitas, Dormilón y Estornudo. Los enanitos acogieron a Blancanieves y le permitieron quedarse con ellos.
Mientras tanto, la reina descubrió que Blancanieves seguía viva gracias al espejo mágico. Decidió tomar el asunto en sus propias manos y se disfrazó de anciana con una manzana envenenada. La malvada reina sabía que la manzana sumiría a Blancanieves en un sueño profundo que parecería muerte.
La reina llegó a la cabaña y le ofreció la manzana a Blancanieves. La princesa, ingenuamente, aceptó la manzana y al probar un bocado cayó en un sueño profundo. Los enanitos, al encontrar a Blancanieves dormida, pensaron que estaba muerta y la pusieron en un ataúd de cristal.
Pasó el tiempo y un príncipe encantador llegó al bosque. Al ver a la hermosa Blancanieves en su ataúd de cristal, se enamoró de ella a primera vista y decidió despertarla de su hechizo con un beso de amor verdadero. El beso del príncipe despertó a Blancanieves y juntos se marcharon hacia el castillo.
Cuando la malvada reina descubrió que Blancanieves aún vivía, se llenó de ira y decidió vengarse. Siguió a Blancanieves y al príncipe hasta el castillo. Pero su maldad no pudo prevalecer, ya que se encontró con un destino adecuado y justo.
Blancanieves y el príncipe se casaron y vivieron felices para siempre, y los enanitos se convirtieron en sus amigos más leales. La historia de Blancanieves nos enseña el poder del amor, la bondad y la importancia de no dejarnos engañar por la envidia y la maldad.
Y así concluye este cuento de Blancanieves y los siete enanitos, donde la belleza, la valentía y el amor verdadero triunfan sobre la maldad.
Fin de Blancanieves y los siete enanitos
Moraleja del cuento Blancanieves y los siete enanitos
La moraleja de la historia de “Blanca Nieves y los siete enanitos” es que la bondad, la honestidad y la belleza interior son más importantes que la belleza física. Nos enseña que la envidia y la maldad pueden llevar a actos despreciables, pero siempre hay esperanza y la bondad prevalecerá en última instancia.
La historia nos muestra que la confianza y la amistad pueden encontrarse en los momentos más inesperados, como cuando Blanca Nieves encuentra refugio y ayuda en los siete enanitos. También nos enseña que el amor verdadero es poderoso y puede romper cualquier hechizo o barrera.
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Si quieres saber más acerca de Blancanieves y los siete enanitos puedes leer en Wikipedia.