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El Enano Saltarín (Rumpelstiltskin) adaptación de los Hermanos Grimm
Había una vez un molinero que vivía en un pequeño pueblo junto a su hija. El molinero era conocido por ser un gran fanfarrón y le encantaba presumir de las habilidades de su hija. Un día, se encontró con el rey del reino y comenzó a contarle sobre las habilidades mágicas de su hija para hilar oro a partir de la paja.
El rey, intrigado por esta habilidad única, decidió poner a prueba a la joven doncella. Llevó a la chica al castillo y la encerró en una habitación llena de paja, ordenándole que hilase todo ese oro antes del amanecer. Si no lograba hacerlo, su vida estaría en peligro.
La doncella se encontró en una situación imposible. Sabía muy bien que no tenía ninguna habilidad mágica para convertir la paja en oro, y temía por su vida. En medio de su desesperación, un extraño duende llamado Rumpelstiltskin apareció frente a ella. El duende prometió ayudarla a convertir la paja en oro, pero a cambio le pidió algo muy valioso: su primer hijo.
La joven, abrumada por el miedo y la angustia, aceptó el trato del duende. Sin embargo, cuando Rumpelstiltskin comenzó a realizar su magia, la doncella se dio cuenta de la insensatez de su decisión. Pero ya era demasiado tarde, el duende había convertido toda la paja en oro y se había esfumado.
El rey, al ver la habitación llena de oro por la mañana, se quedó impresionado y decidió hacer de la doncella su esposa y convertirla en la reina del reino. La joven doncella se convirtió en la reina, pero su corazón estaba lleno de remordimiento por el trato que había hecho con Rumpelstiltskin.
Pasaron los meses y la reina dio a luz a un hermoso bebé, su primer hijo. La alegría de la maternidad llenó el corazón de la reina, pero también el temor de tener que entregar a su hijo a Rumpelstiltskin. Decidió que no podía permitir que eso sucediera y decidió buscar una solución.
La reina recordaba que Rumpelstiltskin nunca había mencionado su verdadero nombre, y parecía ser su único punto débil. Ordenó a sus mensajeros que fueran por todo el reino, recopilando nombres raros y extraños de todas las personas que encontraran. Mientras tanto, ella siguió buscando en su memoria alguna pista sobre el nombre del duende.
Un día, una de las mensajeras regresó al castillo con una noticia emocionante. Mientras caminaba por el bosque, había escuchado a alguien canturreando una extraña canción en la que revelaba el verdadero nombre de Rumpelstiltskin. El nombre del duende era en realidad su talón de Aquiles.
El tercer día, Rumpelstiltskin apareció en el castillo, seguro de que la reina no podría adivinar su nombre y que finalmente recibiría a su hijo. Pero cuando la reina pronunció correctamente el nombre de Rumpelstiltskin, una mezcla de ira y frustración se apoderó del duende. Fue sacudido por una fuerte tormenta de emociones y, en un último estallido de furia, Rumpelstiltskin se desvaneció en el aire y desapareció para siempre.
La reina fue liberada del trato, y ella y su hijo pudieron vivir felices para siempre. La experiencia le enseñó el valor de las decisiones apresuradas y las promesas hechas bajo presión. También aprendió a ser cautelosa y a no confiar en extraños sin conocer todas las implicaciones de sus tratos.
Moraleja del cuento El Enano Saltarín (Rumpelstiltskin)
La moraleja de la historia de “Rumpelstiltskin” es que debemos ser cautelosos al hacer tratos y promesas sin considerar las consecuencias a largo plazo. La joven doncella se dejó llevar por la desesperación y aceptó el trato con Rumpelstiltskin sin pensar en las implicaciones futuras.
La historia nos enseña a ser responsables y reflexivos en nuestras decisiones, especialmente cuando se trata de comprometer cosas valiosas. Además, nos muestra que las apariencias pueden engañar y que no siempre podemos confiar en extraños que prometen soluciones rápidas.
También nos recuerda que la honestidad y la integridad son fundamentales. Rumpelstiltskin era un ser engañoso que intentaba aprovecharse de la situación para obtener algo a cambio. La reina fue valiente al buscar una solución y al descubrir el nombre del duende, demostrando que la verdad siempre puede prevalecer.
En resumen, la moraleja de la historia de “Rumpelstiltskin” es que debemos ser cuidadosos con nuestras decisiones, valorar lo que verdaderamente importa y no dejarnos llevar por la codicia o la desesperación. La honestidad, la responsabilidad y pensar en las consecuencias a largo plazo son lecciones importantes que podemos extraer de esta historia.
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