El padre de Sergio adaptación de León Tolstói

El padre de Sergio: Adaptación de León Tolstói 1890


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El Padre de Sergio versión adaptada

Érase una vez, hace mucho tiempo, en un país muy lejano llamado Rusia, había un hombre llamado Stepán. Stepán era un príncipe muy guapo y valiente, que servía al zar Nicolás I como soldado. Stepán tenía todo lo que podía desear: dinero, fama, poder… Pero lo que más quería era casarse con la mujer de sus sueños: la condesa María.

María era una mujer muy hermosa y elegante, que también servía al zar como dama de honor. Stepán y María se enamoraron y se comprometieron para casarse. Stepán estaba muy feliz y orgulloso de tener a María como su esposa.

Pero un día, todo cambió para él. Descubrió que María le había engañado con el zar Nicolás I, que era un hombre casado y viejo. Stepán se sintió muy triste y enfadado al saber que María no lo quería de verdad, sino que solo lo usaba para acercarse al zar.

Así que decidió romper su compromiso con María y dejar su servicio al zar. Pensó que ya no tenía sentido vivir en ese mundo falso y corrupto. Pensó que solo había un lugar donde podía encontrar la paz y la verdad: la iglesia.

Entonces Stepán se fue a un monasterio y se hizo monje con el nombre de Sergio. Este renunció a todo lo que tenía: su nombre, su rango, su fortuna… Solo quería servir a Dios y a los demás.

Sergio se convirtió en un monje muy bueno y santo. Rezaba mucho, ayunaba mucho, trabajaba mucho. Todos lo admiraban y lo respetaban por su piedad y su humildad. El zar Alejandro II lo nombró abad del monasterio y le pidió consejo sobre asuntos importantes.

Pero Sergio no estaba contento ni tranquilo. En el fondo de su corazón, seguía sintiendo dolor por su pasado y duda por su presente. Se preguntaba si había hecho bien en dejar el mundo y entrar en la iglesia. Se preguntaba si Dios lo amaba y lo perdonaba.

Un día, Sergio decidió dejar el monasterio y convertirse en ermitaño. Pensó que así estaría más cerca de Dios y más lejos de las tentaciones del mundo. Se fue a una celda apartada en el bosque, donde solo tenía una cruz, una Biblia y un icono.

Sergio vivió así durante muchos años, solo y aislado. Pero su fama se extendió por toda Rusia y mucha gente iba a visitarlo para pedirle bendiciones, milagros o consejos. Los atendía con amabilidad y paciencia, pero sin alegría ni entusiasmo.

Una noche de invierno, llegó a la celda de Sergio una mujer llamada Tamara. Tamara era una mujer divorciada que vivía una vida disoluta y pecaminosa. Tamara había oído hablar de Sergio y quiso conocerlo por curiosidad.

Tamara entró en la celda de Sergio y se quedó a dormir con él. Tamara intentó seducir a Sergio con sus palabras y sus gestos. Entonces ella le dijo que lo amaba y que quería estar con él.

Sergio se sintió confundido y tentado por Tamara. Recordó su amor por María y su deseo por las mujeres. Sintió que estaba traicionando a Dios y a sí mismo.

Entonces Sergio hizo algo terrible: se cortó un dedo con un cuchillo para castigarse por su debilidad. Tamara se asustó al ver la sangre y el dolor de Sergio. Tamara comprendió que Sergio era un hombre diferente a los demás, un hombre santo e inocente.

La chica se arrepintió de haberlo molestado y le pidió perdón por sus pecados. Tamara decidió cambiar su vida y seguir el ejemplo de Sergio. Así que se fue de su celda con lágrimas en los ojos y con amor en el corazón.

Sergio se quedó solo en la celda con su herida y su culpa. Sergio se dio cuenta de que había sido un tonto y un orgulloso, de que había buscado la santidad por su propia gloria y no por amor a Dios. Se humilló ante Dios y le pidió perdón por sus faltas.

Sergio murió poco después, en paz y en gracia. Su cuerpo fue enterrado en el monasterio, donde lo veneraron como un santo. Su alma fue al cielo, donde lo recibió Dios con amor.

El Padre de Sergio adaptación de Tolstói

El padre de Sergio adaptación de León Tolstói
El padre de Sergio adaptación de León Tolstói

Moraleja de la adaptación El padre de Sergio

La moraleja del cuento El padre de Sergio es que la santidad no se consigue con las obras externas, sino con el amor interno. El cuento nos muestra como un hombre que renunció a todo por Dios, no logró encontrar la felicidad ni la paz en la iglesia. El cuento también nos enseña que la tentación es una prueba que nos ayuda a conocernos y a purificarnos. Nos invita a ser humildes y sinceros con nosotros mismos y con Dios, sin importar nuestra condición o nuestra vocación. ¿Qué te parece esta moraleja?

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Si quieres saber más acerca de El padre de Sergio puedes leer en Wikipedia.


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