Tiempo de lectura: 4 minutos
El Rapto de Proserpina: cuento para niños basado en un mito clásico
Érase una vez, una hermosa princesa llamada Proserpina, que era la hija de Júpiter, el rey de los dioses, y de Ceres, la diosa de la agricultura. Proserpina era muy feliz viviendo en el Olimpo con su madre, que la quería mucho y le enseñaba todo sobre las plantas y los animales.
Un día, la joven salió a pasear por un campo lleno de flores con sus amigas las ninfas. Se lo pasaban muy bien recogiendo las flores más bonitas y haciendo ramos y coronas con ellas. Vio una flor muy especial, que brillaba con todos los colores del arcoíris. Era una flor mágica, que había sido plantada por Venus, la diosa del amor, para atraerla hacia una trampa.
Proserpina se acercó a la flor y la cogió con cuidado. En ese momento, se abrió la tierra y salió un carro tirado por cuatro caballos negros. En el carro iba Plutón, el dios del inframundo, el lugar oscuro y frío donde iban las almas de los muertos. Plutón había visto a la chica desde su reino y se había enamorado de ella. Quería llevársela con él y hacerla su esposa.
Plutón la agarró y la subió al carro. Ella se asustó mucho y empezó a gritar y a llorar. Sus amigas las ninfas también se asustaron y corrieron a pedir ayuda. Pero nadie las oyó, excepto Ceres, que estaba lejos en su templo.
Ceres escuchó los gritos de su hija y salió corriendo a buscarla. Pero cuando llegó al campo de flores, solo encontró los ramos y las coronas que habían hecho las ninfas. Le preguntó a las ninfas qué había pasado y ellas le contaron que el Dios del inframundo se había llevado a Proserpina al inframundo.
Ceres se puso furiosa y triste al mismo tiempo. Quería recuperar a su hija y castigar a Plutón por lo que había hecho. Así que cogió una antorcha encendida y se fue al inframundo a buscarla.
Pero el inframundo era un lugar muy grande y laberíntico, lleno de monstruos y fantasmas. Ceres no sabía por dónde ir ni cómo entrar. Buscó durante mucho tiempo, pero no encontró ninguna pista ni ninguna salida.
Mientras tanto, en el Olimpo, Júpiter se dio cuenta de que algo iba mal en la tierra. Vio que las plantas se secaban, los animales morían y las personas pasaban hambre. Era porque Ceres había dejado de cuidar la agricultura por culpa de Plutón.
Júpiter decidió intervenir y mandó llamar a Plutón. Le dijo que le devolviera a la joven a su madre, porque estaba causando mucho daño en la tierra. Plutón se negó, porque quería que Proserpina fuera su esposa.
Le propuso un trato: si Proserpina no había comido nada en el inframundo, podría volver con su madre; pero si había comido algo, tendría que quedarse con Plutón. El aceptó el trato, porque sabía que ella había comido seis granos de una granada que le había ofrecido.
Júpiter mandó buscar a Ceres y le contó el trato que había hecho con Plutón. Ceres se alegró de poder ver a su hija otra vez, pero se entristeció cuando supo que había comido seis granos de granada.
El Dios tuvo una idea para solucionar el problema: dijo que Proserpina pasaría la mitad del año con su madre en el Olimpo y la otra mitad con Plutón en el inframundo. Así, los dos estarían contentos y la tierra estaría en equilibrio.
Ceres y Plutón aceptaron el trato, aunque no les gustaba del todo. Proserpina también aceptó, aunque prefería estar siempre con su madre. Así se hizo: cada seis meses, la chica cambiaba de reino.
Cuando la bella joven estaba con su madre, la tierra se llenaba de vida y color. Era la primavera y el verano. Cuando Proserpina estaba con Plutón, la tierra se volvía triste y gris. Era el otoño y el invierno.
Y así sigue siendo hasta hoy, porque el amor de una madre y una hija es más fuerte que cualquier dios.
Fin del mito: El rapto de Proserpina
Moraleja del cuento: El Rapto de Proserpina
Hay muchas posibles moralejas que se pueden sacar de esta historia, dependiendo de cómo se interprete y de qué personaje se tome como referencia. Algunas de las moralejas que se me ocurren son:
- El amor de una madre y una hija es más fuerte que cualquier dios. Esta moraleja se refiere a la relación entre Ceres y Proserpina, que lucharon por estar juntas y lograron cambiar el destino del mundo.
- No se debe jugar con los sentimientos ajenos. Esta moraleja se refiere a la actitud de Plutón, que raptó a Proserpina sin su consentimiento y la hizo sufrir. También se podría aplicar a Venus, que plantó la flor mágica para atraer a Proserpina a la trampa.
- Hay que tener cuidado con lo que se desea. Esta moraleja se refiere a la consecuencia de comer los granos de granada, que hizo que Proserpina tuviera que quedarse con Plutón. También se podría aplicar a Plutón, que consiguió a Proserpina pero no su amor.
- Hay que buscar el equilibrio entre los opuestos. Esta moraleja se refiere al acuerdo final entre Ceres y Plutón, que permitió que Proserpina pasara la mitad del año con cada uno. También se podría aplicar al ciclo de las estaciones, que representa la armonía entre la vida y la muerte.
Espero que estas moralejas te hayan sido útiles y que te hayan hecho reflexionar sobre el significado de esta historia. Si quieres saber más sobre las moralejas o sobre otros aspectos literarios, puedes leer más historias mitológicas.