Tiempo de lectura: 5 minutos
Mito de Hércules: los 12 trabajos
Hércules era el hijo de Zeus, el rey de los dioses, y de una mujer mortal llamada Alcmena. Por eso, tenía poderes sobrehumanos, como una gran fuerza y resistencia. Pero también tenía enemigos, como Hera, la esposa de Zeus, que estaba celosa de él y quería hacerle la vida imposible.
Un día, Hera logró enloquecer a Hércules y lo hizo matar a su esposa y a sus hijos sin darse cuenta. Cuando Hércules recuperó la razón, se sintió muy triste y culpable por lo que había hecho. Entonces, fue a consultar al oráculo de Delfos, que le dijo que para purgar su culpa debía servir al rey Euristeo durante doce años y hacer todo lo que él le pidiera. Así fue como Hércules tuvo que enfrentarse a los doce trabajos.
El primer trabajo fue matar al león de Nemea, un animal feroz que tenía la piel tan dura que ninguna arma podía atravesarla. Hércules lo persiguió hasta su cueva y lo estranguló con sus propias manos. Luego, se quitó la piel del león y se la puso como capa.
El segundo trabajo fue matar a la hidra de Lerna, una serpiente gigante con nueve cabezas que cada vez que se le cortaba una le salían dos más. Hércules le cortó las cabezas con una espada y le quemó las heridas con una antorcha para que no le crecieran más. También le cortó la cabeza inmortal que tenía en el centro y la enterró bajo una roca.
El tercer trabajo fue capturar a la cierva de Cerinea, un ciervo sagrado para la diosa Artemisa que tenía cuernos de oro y patas de bronce. Hércules la persiguió durante un año por toda Grecia hasta que logró atraparla con una red. Luego, se la llevó al rey Euristeo sin hacerle daño.
El cuarto trabajo fue atrapar al jabalí de Erimanto, un cerdo salvaje que causaba estragos en las tierras de Erimanto. Lo siguió hasta su guarida en la nieve y lo hizo salir con gritos y golpes. Luego, lo ató con una cuerda y se lo llevó al rey Euristeo, que se asustó tanto al verlo que se escondió en un barril.
El quinto trabajo fue limpiar los establos del rey Augías, donde había miles de vacas que no se limpiaban desde hacía años. Hizo un agujero en el muro del establo y desvió el curso de dos ríos para que pasaran por dentro y arrastraran toda la suciedad. Así, limpió los establos en un solo día.
El sexto trabajo fue matar a las aves del lago Estínfalo, unas aves monstruosas que tenían el pico, las garras y las alas de bronce y que atacaban a los hombres y a los animales. Hércules usó unos platillos metálicos que le dio la diosa Atenea para hacer ruido y espantar a las aves. Luego, las disparó con su arco y sus flechas.
El séptimo trabajo fue capturar al toro de Creta, un toro furioso que respiraba fuego y que era hijo del dios Poseidón. Navegó hasta Creta y domó al toro con su fuerza. Luego, lo montó sobre su espalda y lo llevó al rey Euristeo.
El octavo trabajo fue robar las yeguas de Diomedes, unas yeguas salvajes que se alimentaban de carne humana. Mató a Diomedes, el rey de los bárbaros tracios que las poseía, y le dio su cuerpo a las yeguas para que se lo comieran. Así, las calmó y las ató con una cadena. Luego, se las llevó al rey Euristeo.
El noveno trabajo fue robar el cinturón de Hipólita, la reina de las amazonas, unas mujeres guerreras que vivían sin hombres. Hércules llegó hasta su isla y le pidió el cinturón a Hipólita, que se lo dio sin problemas. Pero Hera, disfrazada de amazona, sembró el caos entre ellas y las hizo creer que Hércules quería secuestrar a su reina. Entonces, se desató una batalla entre Hércules y las amazonas, en la que Hércules logró escapar con el cinturón.
El décimo trabajo fue robar el ganado de Gerión, un gigante de tres cuerpos y tres cabezas que tenía un rebaño de vacas rojas custodiado por un perro de dos cabezas y un pastor gigante. Hércules viajó hasta la isla de Eritia, donde vivía Gerión, y mató al perro, al pastor y al gigante con sus flechas. Luego, condujo el ganado hasta el rey Euristeo, atravesando ríos y montañas.
El undécimo trabajo fue robar las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, unas ninfas hijas de Atlas, el titán que sostenía el cielo sobre sus hombros. Hércules llegó hasta el jardín, donde había un dragón que vigilaba las manzanas. Entonces, le pidió a Atlas que le trajera las manzanas mientras él sostenía el cielo en su lugar. Atlas aceptó y le trajo las manzanas, pero luego no quiso volver a cargar con el cielo. Hércules le engañó diciéndole que le sujetara el cielo un momento mientras se ponía un cojín en la cabeza. Así, aprovechó para tomar las manzanas y marcharse.
El duodécimo y último trabajo fue traer al perro Cerbero, el guardián del inframundo, donde estaban los muertos. Hércules bajó al inframundo y le pidió permiso a Hades, el dios de los muertos, para llevarse al perro. Hades aceptó con la condición de que lo hiciera sin usar armas. Hércules agarró al perro por el cuello y lo arrastró hasta la superficie. Luego, se lo mostró al rey Euristeo, que se quedó tan impresionado que le dijo que ya no tenía que hacer más trabajos.
Así fue como Hércules completó los doce trabajos y se libró de la ira de Hera. También se ganó el favor de los dioses y la admiración de los hombres. Por eso, después de su muerte, fue elevado al Olimpo como un dios más.
Moraleja
La historia de los doce trabajos de Hércules ofrece varias lecciones y valores que pueden considerarse como moralejas. Aquí tienes algunas posibles moralejas que se pueden extraer de esta historia:
La fuerza y la valentía son virtudes, pero también se deben usar con responsabilidad: Hércules tenía una gran fuerza y coraje, pero su falta de control y un acto de locura lo llevaron a cometer un acto atroz. Los trabajos representaron su oportunidad de redimirse y demostrar que podía usar sus dones de manera responsable.
La superación de desafíos es posible con determinación: A través de cada uno de los trabajos, enfrentó desafíos increíbles y, con determinación y habilidad, logró superarlos. Esto nos enseña que con esfuerzo y perseverancia, podemos superar los obstáculos en la vida.
La amistad y la ayuda de otros son valiosas: Recibió ayuda en varios de sus trabajos, ya sea de dioses, amigos o aliados. Esto destaca la importancia de la colaboración y el apoyo mutuo en la consecución de metas y desafíos.
El perdón y la redención son posibles: A pesar de sus acciones impulsivas y terribles, Hércules pudo obtener el perdón y redimirse a través de sus acciones heroicas. Esto nos recuerda que siempre hay una oportunidad para la redención y el cambio positivo.
La obediencia y el respeto a la autoridad son importantes: Cumplió los trabajos como castigo por sus acciones pasadas y en obediencia a la autoridad del rey Euristeo. Esto resalta la importancia de respetar la autoridad y asumir la responsabilidad de nuestras acciones.
Espero que les haya gustado este cuento sobre los doce trabajos de Hércules. Si quieren más sobre este mito, pueden visitar este enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Los_doce_trabajos_de_Heracles. Y si quieren leer más cuentos para niños basados en la mitología griega, pueden ver más aquí.