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Adaptación del cuento de Disney Mulán
Hace mucho tiempo, en una aldea de China, vivía una joven llamada Mulán. Era la única hija de un anciano veterano de guerra, que estaba enfermo y débil. Mulán era una chica valiente, inteligente y bondadosa, pero también rebelde y poco convencional. No le gustaba seguir las tradiciones de su cultura, que esperaban que las mujeres se casaran y obedecieran a sus maridos. Ella prefería practicar la esgrima, el tiro con arco y la equitación, y soñaba con tener aventuras.
Un día, el emperador de China envió un mensaje a todas las familias del reino. Les anunciaba que el país estaba siendo invadido por los hunos, un pueblo bárbaro y cruel, y que debían enviar a un hombre de cada casa para unirse al ejército imperial. Mulán entró corriendo en su hogar y le contó la noticia a su padre.
Él se levantó con dificultad y tomó su vieja espada, dispuesto a cumplir con su deber. Se quedó horrorizada. Sabía que su padre no estaba en condiciones de luchar, y que seguramente moriría en la guerra. Le rogó que no fuera, que ella podía ir en su lugar, pero él se negó. Le dijo que era su honor como hombre defender a su patria, y que ella debía quedarse y cuidar de su madre y su abuela.
Mulán se sintió impotente y triste. No podía permitir que su padre se sacrificara por una causa que no era justa. Por la noche, cuando todos dormían, tomó una decisión. Cortó su largo cabello, se vistió con la armadura y el casco de su padre, y montó en su caballo, Khan. Llevó consigo la espada, el estandarte familiar y un pequeño dragón de piedra que era el guardián de sus ancestros. Sin despedirse de nadie, salió de la aldea y se dirigió al campamento militar.
Allí se presentó con el nombre de Ping, y se hizo pasar por el hijo de su padre. Nadie sospechó que era una mujer, aunque algunos se burlaron de su aspecto débil y torpe. La valiente chica tuvo que aprender a comportarse como un hombre, a hablar con voz grave, a caminar con firmeza y a ocultar su feminidad. También tuvo que entrenarse duro para mejorar sus habilidades de combate, bajo la supervisión del capitán Shang, un joven valeroso y apuesto, que se convirtió en su líder y su amigo.
Mulán demostró ser una buena soldado, y se ganó el respeto y la confianza de sus compañeros. Sin embargo, también se metió en varios problemas, y estuvo a punto de ser descubierta varias veces. Por ejemplo, cuando tuvo que bañarse en el río con los demás hombres, y tuvo que esconderse detrás de unas rocas para que no vieran su cuerpo. O cuando el dragón de piedra, que había cobrado vida y se había convertido en su protector, le habló en voz alta y casi la delata. O cuando el médico del campamento quiso examinarla después de una herida, y tuvo que fingir que estaba bien.
Mulán superó todas las dificultades con ingenio y coraje, y se preparó para enfrentarse a los hunos. Estos eran unos guerreros feroces, que querían conquistar China y destruir al emperador. Su líder era Shan Yu, un hombre despiadado y sanguinario, que tenía un halcón como mascota y un ejército de miles de hombres. Mulán y sus compañeros se encontraron con ellos en las montañas nevadas, y se desató una batalla épica.
Mulán luchó con valentía, y logró salvar la vida de Shang cuando este estaba en peligro. Sin embargo, los hunos eran demasiado numerosos, y los soldados chinos estaban siendo derrotados. Mulán tuvo una idea. Tomó una flecha y disparó contra una montaña cercana, provocando una avalancha de nieve que sepultó a los hunos. Mulán salvó a China, pero también quedó atrapada bajo la nieve. Shang, agradecido, la rescató y la llevó a un lugar seguro.
Allí, el médico la examinó y descubrió su secreto. Mulán era una mujer. Shang y los demás se quedaron atónitos y furiosos. Se sintieron engañados y traicionados por Mulán, que había violado la ley y el honor. Según las normas, Mulán debía ser ejecutada por su mentira. Pero Shang decidió perdonarla, en recompensa por haberle salvado la vida. Sin embargo, la expulsó del ejército y la abandonó en las montañas, junto con el dragón y el caballo. Mulán se quedó sola y desolada. Había perdido a su familia, a sus amigos y a su país.
Pero su aventura no había terminado. Mientras se lamentaba, vio algo que la llenó de terror. Algunos hunos habían sobrevivido a la avalancha, y se dirigían a la ciudad imperial, donde se celebraba el triunfo de los soldados chinos. Mulán se dio cuenta de que Shan Yu y sus hombres querían atacar al emperador y vengarse. Sin pensarlo dos veces, montó en su caballo y fue tras ellos. Tenía que advertir a Shang y a los demás del peligro que corrían.
Entonces llegó a la ciudad, y buscó a Shang entre la multitud. Cuando lo encontró, le gritó que los hunos estaban vivos y que iban a atacar al emperador. Pero Shang no le creyó. Pensó que Mulán estaba mintiendo otra vez, y la ignoró. Ella insistió, y trató de convencer a los demás soldados, pero nadie le hizo caso. Todos la despreciaron y la rechazaron. Mulán se sintió impotente y frustrada. Nadie la escuchaba ni la respetaba por ser mujer.
Entonces, ocurrió lo que Mulán había temido. Los hunos aparecieron por sorpresa, y tomaron por asalto el palacio imperial. Capturaron al emperador, y lo encerraron en una torre. Shan Yu se proclamó el nuevo gobernante de China, y ordenó que le llevaran a la chica, a quien consideraba su mayor enemigo. Shang y los demás se dieron cuenta de que Mulán había dicho la verdad, y se arrepintieron de no haberle hecho caso. Decidieron ayudarla, y se unieron a ella para rescatar al emperador y derrotar a los hunos.
Mulán y sus amigos se disfrazaron de mujeres, y entraron en el palacio sin ser vistos. Allí, se enfrentaron a los hunos, y los vencieron con su astucia y su valor. Mulán llegó hasta la torre donde estaba el emperador, y se enfrentó a Shan Yu. Fue una lucha difícil, pero Mulán logró derrotar al villano, y liberar al emperador. El dragón y el caballo también ayudaron a Mulán, y le dieron su apoyo.
Mulán había salvado a China otra vez. El emperador, agradecido, le ofreció un puesto en su consejo, y le dio su medalla y su espada como símbolos de su gratitud y su honor. La guerrera rechazó el puesto, y dijo que sólo quería volver a su casa y ver a su familia. El emperador aceptó su decisión, y le dijo que era una mujer extraordinaria, y que su padre debía estar muy orgulloso de ella. Shang, que se había enamorado de Mulán, también le dijo que era una mujer increíble, y que quería acompañarla a su casa. Mulán aceptó, y sonrió.
Mulán y Shang regresaron a la aldea de ella, donde fueron recibidos con alegría y sorpresa. Mulán abrazó a su padre, y le pidió perdón por haberse ido sin su permiso. Le devolvió su espada y su estandarte, y le dijo que había querido protegerlo y honrarlo. Su padre le dijo que estaba orgulloso de ella y que no había nada más importante que su felicidad. Entonces, apareció el capitán Shang, que la había seguido. Él le dijo que la admiraba y que quería conocerla mejor. Ella aceptó y lo invitó a entrar en su casa. Así termina la historia de Mulán, una historia de amor, aventura y coraje.
Moraleja
Este cuento tiene una moraleja muy importante: el valor de la valentía, el coraje y la determinación en la lucha por la justicia y el honor. La chica, a pesar de ser una mujer, se disfraza de hombre y se une al ejército para proteger a su familia y su país de la invasión de los Hunos.
Este cuento nos enseña que no debemos dejarnos limitar por las expectativas de los demás, sino que debemos seguir nuestro propio camino y demostrar nuestra capacidad y nuestro valor. También nos muestra la importancia de la familia como pilar fundamental para que los hijos crezcan fuertes y sanos .
Los Personajes Clave en el Cuento de Mulán:
En el cuento de Mulán, los personajes clave incluyen:
- Mulán: La heroína de la historia. Es una joven valiente y decidida que se disfraza de hombre para unirse al ejército y luchar en lugar de su padre.
- Shang: El capitán del ejército chino. Es un líder valiente y apuesto que entrena a los soldados, incluyendo a Mulán.
- Shan Yu: El villano de la historia. Es el líder de los hunos, un pueblo bárbaro y cruel que amenaza a China.
- Khan: El fiel caballo. Juega un papel importante en la aventura.
- Mushu: Un pequeño dragón de piedra que cobra vida y se convierte en el protector.
- El Emperador: El gobernante de China. Es un personaje sabio y honorable.
- El Padre de Mulán: Un veterano de guerra que se preocupa profundamente por su hija.
- Los Soldados del Ejército: Compañeros de ella en el ejército que, en su mayoría, son inicialmente ajenos a su verdadera identidad.
- La Familia de Mulán: Su madre y abuela, quienes se quedan en casa preocupadas por su seguridad.
Reflexiones
El Mensaje del cuento de Mulán Empoderamiento Femenino en la Historia.
Leer el cuento de Mulán nos presenta las siguientes lecciones:
En esta cautivadora historia de la antigua China, una joven demuestra que la valentía y la determinación no conocen límites. A través de la narrativa de este cuento milenario, se nos presenta una poderosa lección de empoderamiento femenino y autosuperación, sin importar las adversidades que se presenten en el camino.
El mensaje fundamental de la historia de Mulán la heroína, trasciende la mera trama: se trata de una narración que se ha convertido en un símbolo de fortaleza para todas las personas, independientemente de su género. En un mundo donde las expectativas culturales y sociales pueden limitar el potencial de las mujeres, Mulán desafía los estereotipos y se convierte en una inspiración para aquellos que luchan por perseguir sus sueños.
El personaje principal, sin importar su género, se erige como un modelo a seguir para quienes buscan una voz propia en un mundo que a veces parece dictar el destino. A lo largo de la trama, vemos cómo la determinación de Mulán, su inteligencia y su valentía la impulsan a superar obstáculos aparentemente insuperables.
La historia, por lo tanto, trasciende su contexto histórico y cultural, y se convierte en un faro de esperanza y empoderamiento para todas las personas que enfrentan desafíos y obstáculos en sus vidas. El mensaje es claro: no importa quién eres ni de dónde vienes, siempre puedes encontrar la fuerza para alcanzar tus metas y desafiar las expectativas de quienes te rodean. Y estas son las lecciones de Mulán.
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